Cuentos Frágiles

Como cuentista Fiabio Fiallo es sino un poeta en prosa. El no ha escrito cuentos sino para encerrar su poesía en un cristal distinto. Los cuentos de Fiallo admirados son los cuentos de poeta. Bajo esta denominación se incluyen: "El busto de mármol", "La derrota de Eros", "La lección del caos", "El beso", "La inolvidable" y otros del propio género. Cuentos breves, como sus versos, finos, ingeniosos, delicados, llenos de arte y de gracia, como sus versos. El motivo es siempre un objeto de arte y de belleza. Mejor dicho, el motivo es siempre la mujer, sin que, lo mismo que en sus versos, el demonio del sexo empañe con su aliento el cristal de su prisma. E siempre la Venus de lirios y rosas, cuya blancura es un esplendor. Es siempre la concepción artística, el instante divino en el alma del poeta.Tocados con la mano estos cuentos parecen naderías, brillantes y caprichosas frivolidades destinadas al viento en un día de "fiesta en el espacio"; pero en la perspectiva, y en la más alta contemplación espiritual de las cosas poéticas, estos cuentos, por la belleza artística de la concepción, por la gracia que de ellos emana como una luz; son pequeños tesoros literarios.El instinto aristocrático es también de su alma de poeta. Su obra literaria está poblada de personajes principescos. Hay condes y condesas. Hay marqueses y monarcas. Hay un Príncipe Amor, y un Príncipe del Mar. No es vano apego a la pompa real, es genuino anhelo de distinción y de elevación, porque él interiormente es señoril. En su corazón hay tanta bondad, y tanta mansedumbre en su temperamento, que no se descubre en toda su obra de arte un solo ademán de soberbia o de orgullo. Es seda lo que hila su espíritu; y su arte es impersonal y candorosamente aristocrático como el plumaje blanco de la góndola alada de los lagos azules.