De los nombres del padre

Portada
Ediciones Paidós, 2005 - 110 páginas
¡Qué éxito el Nombre del Padre! Significa algo para todo el mundo. La pateternidad posee poca evidencia natural, es en primer lugar un hecho cultural. «El Nombre del Padre -señala Lacan- crea la función del padre.» Pero entonces ¿de dónde viene ese plural? No es pagano, está en la Biblia. Quien habla en la zarza ardiente dice sí misma que Él no tiene un único Nombre; entiéndase: el Padre no tiene Nombre propio. No es una figura, es una función . El Padre tiene tantos Nombres como soportes. ¿Su función? La función religiosa por excelencia: unir. ¿Qué? El significante y el significado, la Ley y el deseo, el pensamiento y el cuerpo. Para resumir, lo simbólica y lo imaginario. Solo que si estos dos se anudan de a tres con lo real, el Nombre del Padre ya no es más que un semblante. En cambio, si sin éste todo se desata, es el síntoma del nudo mal hecho.

Información bibliográfica