Autores españoles é hispano-americanos: (estudio crítico de sus obras principales)

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Perlado, Páez, 1911 - 913 páginas
 

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Pasajes populares

Página 751 - La princesa está triste. . . ¿qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro, está mudo el teclado de su clave sonoro; y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
Página 490 - ¿Y dejas, Pastor santo, tu grey en este valle hondo, escuro, con soledad y llanto; y tú, rompiendo el puro aire, te vas al inmortal seguro?
Página 318 - Era la tarde, y la hora En que el sol la cresta dora De los Andes. El desierto Inconmensurable, abierto Y misterioso a sus pies Se extiende, triste el semblante, Solitario y taciturno Como el mar, cuando un instante, Al crepúsculo nocturno, Pone rienda a su altivez.
Página 517 - ¡Oh cuánto fueron mis entrañas duras, pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío si de mi ingratitud el hielo frío secó las llagas de tus plantas puras! ¡Cuántas veces el ángel me decía: "Alma, asómate agora a la ventana, verás con cuánto amor llamar porfía!".
Página 392 - ¡Oh dulces prendas, por mi mal halladas, dulces y alegres cuando Dios quería ! Juntas estáis en la memoria mía, y con ella en mi muerte conjuradas. ¿Quién me dijera cuando en las pasadas horas en tanto bien por vos me vía, que me...
Página 435 - Oscuridad universal ! . . . Su soplo levanta en torbellinos el polvo de los campos agitado... En las nubes retumba despeñado el carro del Señor; y de sus ruedas brota el rayo veloz, se precipita, hiere y aterra al suelo, y su lívida luz inunda el cielo.
Página 144 - Al brillar un relámpago nacemos, Y aún dura su fulgor, cuando morimos: ¡Tan corto es el vivir! La gloria y el amor tras que corremos, Sombras de un sueño son que perseguimos: ¡Despertar es morir!
Página 392 - Pues en un hora junto me llevastes todo el bien que por términos me distes, llevadme junto el mal que me dejastes. Si no, sospecharé que me pusistes en tantos bienes, porque descastes verme morir entre memorias tristes.
Página 148 - Ve a rezar hija mía. Ya es la hora De la conciencia y del pensar profundo. Cesó el trabajo afanador, y al mundo La sombra va a colgar su pabellón.
Página 614 - Cuando la tarde se inclina sollozando al occidente, corre una sombra doliente sobre la pampa argentina. Y cuando el sol ilumina con luz brillante y serena del ancho campo la escena, la melancólica sombra huye besando su alfombra con el afán de la pena.

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